“Me caso pronto y me he comprado un vestido de novia precioso. Pero ayer llegué pronto del trabajo y ocurrió algo terrible”. La chica contó el problema al que se enfrentó durante la preparación de la celebración.

Cabe señalar que la futura suegra mostró gran interés por el vestido de novia de la joven: “No dejaba de insistirme para que me probara el vestido, pero me negué en redondo. Incluso me ofreció dinero por probármelo, pero le dije que el asunto estaba zanjado”. La chica se preguntó por qué su suegra insistía tanto. La mujer le contestó que era simplemente por su obsesión con los vestidos de novia.

“Ayer llegué pronto del trabajo y me encontré a mi novio en casa. Se puso furioso cuando me vio e intentó impedirme que entrara en mi habitación. Me gritó: ‘¡No, no entres en el dormitorio!’. También empezó a teclear frenéticamente un mensaje de texto a alguien en su teléfono”, contó la chica. “Abrí la puerta y me quedé de piedra al ver a su madre con mi vestido de novia puesto. Inmediatamente saqué mi teléfono y le hice una foto”.

La chica, por decirlo suavemente, estaba muy descontenta con lo ocurrido: “Le dije que tenía que pagarme un vestido nuevo en tres días o enseñaría la foto a toda la familia”.

Su futura suegra se puso a llorar y se marchó. Y el novio gritó a su amada, le dijo que se comportaba como una niña pequeña y, en general, exageró: “Mamá solo quería probarse el vestido, ¿cuál es el problema?”.

La chica se negó a perdonar a su suegra: “Creo que el vestido solo debe llevarlo la novia. Ahora me da asco hasta mirarlo. Y por eso creo que es justo exigir que la suegra pague por el vestido después de haberlo estropeado”.

El novio no comprendió en absoluto los sentimientos de su chica. “Me gritó y me dijo que dejara de tratar a su madre como si fuera una enemiga. Nos peleamos y desde entonces vive con ella”, escribió la protagonista de la historia. “Me sentí fatal. Me gasté 3 000 dólares en este vestido, pero ahora no puedo ni verlo. Y mis parientes piensan que estoy agravando la situación y poniendo en peligro no solo mi relación con mi suegra, sino también con mi prometido”.

Más tarde, la chica actualizó su post y dijo que su prometido la había llamado. Se ofreció a pagar él mismo el vestido para poner fin al conflicto. Excepto que el hombre puso algunas condiciones:

• tengo que darle mi móvil para que él mismo borre la foto de su madre con el vestido;
• tengo que jurar que no tengo copias para “usarlas” luego contra su madre;
• tengo que pedirle disculpas a su madre;
• y, por último, me pide que salga del chat de su grupo familiar durante un mes.

“Pero yo quiero que el vestido lo pague su madre. No es un capricho, solo quiero justicia. Aún no sé qué decirle a mi prometido”, resumió la joven.