Psicología Positiva: ¿cómo puedes ser realmente feliz?

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Repasamos las principales teorías de una de las corrientes de la psicología más interesantes.

La Psicología Positiva es una de las corrientes más recientes de la psicología, y no resulta extraño que haya despertado mucho interés. Se fundamenta en el estudio de las experiencias y rasgos positivos de los individuos, así como sus fortalezas, virtudes, motivaciones y capacidades; de cómo éstos ayudan a mejorar su calidad de vida y a desarrollar el potencial humano.

Generalmente las teorías psicológicas se enfocan en las patologías y en las conductas negativas. Por el contrario, la Psicología Positiva propone estrategias para alcanzar y optimizar fortalezas de las personas. Así pues, propone centrar la atención más hacia la prevención que hacia el tratamiento.

A continuación veremos en detalle cuáles son los fundamentos de la Psicología Positiva, cómo apareció y qué objetivos se propone.

Así apareció la Psicología Positiva

Los antecedentes de la Psicología Positiva se remontan a los años 20 y 30 en los trabajos de Terman y Watson, en los cuales ya se hacía mención de algunos conceptos y temáticas importantes como el talento en estudiantes, el cuidado de infantes y factores psicológicos involucrados en la felicidad marital.

Antes de la Segunda Guerra Mundial, los psicólogos se enfocaban en acciones que contribuían a que la vida de los individuos fuera más productiva y plena, así que se identificaban y reforzaban talentos y fortalezas en los pacientes para afrontar diversas situaciones.

Sin embargo, como consecuencia de la guerra se cambió el enfoque general de la psicología para que se ocupase sobre todo de evaluar trastornos mentales y tratar de aliviar el sufrimiento humano. Como oposición a esta tendencia centrada en la patología, autores como Carl Rogers y Abraham Maslow dentro de la corriente humanista, trabajaron algunas ideas de fortalezas y felicidad del ser humano, sentando un precedente del que luego surgiría la Psicología Positiva.

A finales de 1990, Martin Seligman, psicólogo y educador estadounidense, decidió darle un giro al enfoque dominante y presentó por primera vez su propuesta de Psicología Positiva en la ceremonia en la que fue nombrado presidente de la Asociación Americana de Psiquiatría (APA por sus siglas en inglés) en 1998. A partir de esa etapa, muchos investigadores orientaron su trabajo hacia el estudio de las potencialidades psicológicas del ser humano.

Flow, fortalezas y emociones positivas

Otro de los autores importantes es Mihaly Csikszentmihalyi, psicólogo húngaro que propuso el término flow como un estado mental positivo, al igual, ha hecho estudios de factores que contribuyen a la motivación, desafío y éxito de los individuos.

Uno de los componentes fundamentales dentro de la teoría es el temperamento, ya que se considera como uno de los predictores más importantes de los niveles de experiencias positivas que una persona sentirá. También están las fortalezas del carácter, las cuales son rasgos o características psicológicas que se presentan en situaciones distintas a través del tiempo y sus consecuencias suelen ser positivas. Algunas son: optimismo, habilidades interpersonales, fe, trabajo ético, esperanza, honestidad, perseverancia y capacidad para fluir.

Además, desde la Psicología Positiva se hizo una categorización de emociones positivas, dependiendo el tiempo en el que se visualicen: en el presente están alegría, tranquilidad, euforia, placer y la experiencia óptima; las del pasado son satisfacción, complacencia, realización personal, orgullo y serenidad; y en el futuro está optimismo, esperanza, fe y confianza.

Actualmente hay suficiente evidencia de que las emociones positivas favorecen la salud, crecimiento personal y el bienestar del individuo. Aumentan los recursos intelectuales, físicos y sociales de las personas para que puedan responder de la mejor manera cuando se presentan situaciones inesperadas o difíciles.

La conquista de la felicidad, según Seligman

Por otro lado, Seligman propuso el modelo “Las tres vías hacia la Felicidad” (1999) las cuales eran:

  1. La vida placentera
  2. La vida comprometida
  3. La vida significativa

Varios años después cambió un poco su propuesta y creó el modelo PERMA (por sus siglas en inglés), con los 5 componentes que están presentes en las personas que afirman ser felices. Con esto cambió su objeto de estudio, de la felicidad al bienestar. Cada elemento debe de cumplir con 3 propiedades para poder ser considerado dentro de la teoría:

  • Que contribuya al bienestar.
  • Que muchas personas lo elijan por su propio bien, no sólo para obtener cualquiera de las otras variables.
  • Que se defina y mida de forma independiente al resto de las variables del modelo.

Estos son los componentes:

1. Emociones positivas

Reconocer los beneficios de las emociones positivas en todos los aspectos de la vida del individuo.

2. Compromiso

Hacer un compromiso con nosotros mismos, enfocarnos en nuestras fortalezas y buscar tener experiencias óptimas. Generación de placer derivado del compromiso con la tarea efectiva y la capacidad de experimentar experiencias de flujo (flow).

3. Relaciones positivas

Aumentar nuestras habilidades sociales para interrelacionarnos con las demás personas.

4. Sentido

Buscar el significado, sentido y propósito de nuestra vida.

5. Logro

Agencia personal que permite el crecimiento y desarrollo de capacidades humanas.

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