Soñaba con tener una casita acogedora, pero la realidad me golpeó como un balde de agua fría
“¡Que se vaya todo al diablo!” —dijo mi hermana durante la cena, cuando le preguntamos por su casa de campo—. “La venderé y olvidaré que existió, como una pesadilla”. Todos en la mesa nos sorprendimos, ya que por años, Daniela no había parado de hablarnos de cómo soñaba con tener una casa de campo, con flores, un banquito en el jardín y un pequeño porche. Contaré esta historia desde la perspectiva de mi hermana para que sea más fácil […]