16 Pruebas de que en una situación incómoda, dan ganas de darlo todo por la posibilidad de teletransportarse

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16 Pruebas de que en una situación incómoda, dan ganas de darlo todo por la posibilidad de teletransportarse

Hay días en los que absolutamente nada sale según lo planeado: tanto en los sueños como en la realidad, te acecha un fastidio global, y parece que el mundo entero está en tu contra. Todos pueden tener fracasos, pero algunos se los toman en serio y se enfadan, mientras que otros los reciben con una sonrisa y publican la anécdota en la red para luego poder reírse con sus amigos.

Genial.guru sabe mucho sobre fracasos épicos, y es por eso que publica las historias más llamativas de algunos usuarios de Internet que no le temen a ninguna adversidad.

  • Una vez, tuve un hermoso sueño. En él era una científica y estaba haciendo una investigación importante que cambiaría la vida de la humanidad. Había buscado larga y dolorosamente una respuesta, una solución determinada, ¡y después de muchos esfuerzos la había encontrado! La compartí con el mundo, todos me aplaudían, estaban contentos, me felicitaban, y entonces me di cuenta de que era algo tremendamente importante. Con un esfuerzo de voluntad, me desperté unos segundos, lo anoté en las notas de mi teléfono y me volví a dormir para seguir disfrutando de mi gloria. Por la mañana, abrí las notas y allí decía: “Hay que lavar el trasero con lácteos”. © VintaBaley / Pikabu
  • Tuve un caso. Era el segundo día de festejos de una boda, era invierno, había nieve por todas partes. Entonces todavía no había teléfonos inteligentes y no todos tenían cámaras. Todos los invitados fueron fotografiados en paisajes invernales, representando a las morsas. Fue muy divertido, eran unas buenas tomas. Y luego resultó que se habían olvidado de insertar la película en la cámara. © Natalia Sementieva / Facebook
  • Cuando tenía 7 años, mi padre y yo fuimos a un centro comercial. Allí vi a una chica de unos 15 años, vestía una playera de manga corta y en su brazo noté una marca de nacimiento que era igual a la mía. Me acerqué a ella, le mostré mi marca y le dije: “Hola, ¡parece que tú y yo somos parientes!”. Cuando se lo conté a mi padre, se rio durante mucho tiempo y luego me explicó que no era un signo de parentesco, sino solo la cicatriz de una vacuna. © Josue Quintero / Quora
  • Estaba reparando una tubería. Me quité el anillo de bodas. Mi hijo menor lo tiró a la basura y mi hijo mayor sacó la basura afuera. Corrí a buscarlo, porque mi esposa no me perdonaría. Estaba escarbando en la basura cuando escuché una voz: “¿Miguel?”. Levanté la cabeza y ahí estaba mi jefa con los ojos como platos. Antes de que tuviera tiempo de explicarme, ella dijo: “¿Por qué no me dijiste que el salario no te alcanzaba? Bueno, no te preocupes, te daremos un buen bono el mes que viene” y se fue. Ni siquiera sé si fue un éxito o un fracaso. © Habitación n.º 6 / VK
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